miércoles, 25 de marzo de 2015

Un boceto




Que no digan que se me han oxidado las plumillas, o que se me han jodido los pinceles de no usarlos. Tenía ganas de hacer el boceto y punto. No hay nada como dibujar para alegrarse una el día ^^
Por cierto, se ve mejor si inclinas un poco la pantalla...

Estoy trabajando el el próximo capítulo! Paciencia.

Saludos comiqueros.

jueves, 19 de marzo de 2015

Entreacto














































¡Hola a todos, cuánto tiempo! Estoy segura de que habéis echado de menos mis dibujos, no tanto como mis personajes -que me zumban como moscas en la oreja todos los días- pero sí que os habréis preguntado por qué he tardado tanto tiempo en actualizar. Bueno, vamos paso a paso.

Por qué el "Entreacto". Vamos a ver... tenía los dos flashbacks de Isa y Nacho dibujados desde hacía meses y no sabía cómo meterlos en la narración. Eso sí, quería que aparecieran antes de la escena de Nacho e Isa que cierra el capítulo, para que se entendiera mejor la relación que hay entre ambos personajes. Me gusta jugar con la "cuarta pared", como ya visteis en la última tira -Visita nocturna- haciendo hablar a mis personajes sobre el propio cómic y poniéndome a mí misma como directora de escena. En este caso, pensé que una buena forma de introducir los flashbacks era que Nacho fuera a casa de Isa pero que no pudieran comenzar la escena porque ella estaba limpiando. Nacho se queda en el pasillo y de pronto mira hacia los espectadores, y resulta que todo es un "teatro" y que yo misma estoy dirigiendo la representación. Le animo a contar algo, para entretener al público, y conforme va introduciendo el tema van apareciendo las manchas de café que enlazan estilísticamente con el flashback al pasar la página. He resuelto de este modo un pequeño problema que tenía el flashback -uno gordo, ya sé que tiene problemas de dibujo y de sentido de lectura- y es que el principio era muy confuso y costaba contextualizar la acción en un salón del cómic. Todo por no querer dibujar fondos :).

Al terminar el flashback, vuelve el estilo sencillo a línea de boli. Para este breve entreacto he querido utilizar un estilo lineal muy básico, casi sin sombras, como si fuera uno de mis bocetos. Los bordes de las viñetas los he hecho a lápiz y a mano alzada, más sencillo imposible. Sin embargo, el problema más gordo lo he tenido al pasar del entreacto al segundo flashback (Cómo Nacho salió del armario). ¡Pero bueno! ¿¿En qué hora se me ocurrió dibujarlo en horizontal?? Ahora tenía que ingeniármelas para dirigir la visión hacia ese formato. He hecho varios intentos y al final lo mejor que se me ha ocurrido ha sido eso, ir girando a los personajes y los diálogos para forzar al lector a girar la página -imaginaos que esto lo estáis viendo impreso en lugar de en papel- y que cuando pase página tenga ya el libro en horizontal. Que por qué se caen al flashback a través del suelo? Y por qué no...? Es un entreacto... si no lo puedo hacer ahora, no lo puedo hacer nunca...

Estoy leyendo un libro fantástico llamado Hacer cómics, de Steve McCloud, que me ha sensibilizado más con el lenguaje del cómic -algún día os hablaré más del libro-; y en particular en esta tira lo he aplicado a las onomatopeyas. El libro hacía hincapié en la adecuación del estilo de las onomatopeyas al sonido que representaban, y en eso precisamente yo tenía problemas, porque lo que dibujaba con el Photoshop nunca se parecía a lo que dibujaba a mano en el papel... hasta que he descubierto una cosa maravillosa: el modo de editar los textos como si fueran gráficos normales. Una vez has escrito el texto, en el menú Capa, le das a Texto>Convertir en forma. Y te deja hacerle de todo: deformar, distorsionar, borrar... Os lo cuento porque para mí ha sido un descubrimiento.

Por lo demás, me he comido tanto la cabeza sobre cómo hacer esta tira (cuanto más conoces, más te cuesta crear, paradójicamente); que he estado escurriendo el bulto de terminarla por lo menos una semana... pero, es que, ¡si me aburro hasta yo misma dibujándola! Este proceso creativo en el que lo planifico todo y me hago storyboards y luego los desarrollo sobre el papel... no tiene nada que ver con los bocetos que hago en clase o en momentos de lucidez. Estos son ligeros y frescos, nacen a partir de la imagen, y por lo tanto son buenas imágenes, en general; mientras que los otros nacen a partir de la narración y están sujetos al ritmo de los planos y la composición de la página. Me gusta compararlo con representar un guión de teatro frente a la improvisación teatral. Aunque todo sale de mi mano, cuando estoy improvisando mis personajes en cierto modo tienen libertad de actuación, de coger una postura u otra, y a veces son capaces de de resumir una situación completa en un gesto, una mirada. Eso me encanta. Me gustaría encontrar una síntesis entre ambos procesos... la frescura de la improvisación y el orden de la planificación. Reto para la próxima tira.

Y finalmente, aunque no paro de quejarme, voy a decir una vez más que esta tira parece poca cosa, pero me ha dado más problemas de los que pensáis. Desde que puse el lápiz sobre el papel para hacer el primer story hasta que le di al botón de "Guardar para Web y dispositivos" en el Photoshop ha pasado como un mes. ¿Por qué? Porque soy una vaga y me voy de farra en vez de ponerme a dibujar... sí... porque cuando terminé los exámenes me pegué un mes de dispersión mental... sí... porque cada vez que empiezo una tira me entra el miedo de no ser capaz de terminarla... también. Pero, principalmente, lo que me ha tenido tan distraída ha sido el hecho de plantearme presentar este cómic como Trabajo de Fin de Máster. Sabéis que estoy haciendo un máster de Investigación en Arte y Creación en la facultad de Bellas Artes, y que hasta ahora estaba haciendo esto por mi cuenta, para mí y nadie más. Pero estoy en proceso de convertir esto en un TFM, con todas sus exigencias académicas, bajo la tutoría de dos profesores. En primer lugar, uno de ellos me propuso presentar el cómic, justificando muy bien por qué utilizaba este medio y no otro para contar mis movidas, y me sugirió que experimentara más con la técnica... así que me puse a investigar un poco sobre el lenguaje del cómic (ya os contaré en otra entrada), porque al fin y al cabo en esto soy una aficionada, una dilettante. El otro profesor veía muy problemático hacer un cómic como TFM, y en particular, este tipo de cómic, tan personal y cotidiano; y creía que el tribunal me lo iba a tirar para atrás. Se juntaron, hablaron, y llegaron a la conclusión de que tenía que abrir mi cómic a otras disciplinas artísticas: instalación, performance, audiovisual, sonido... lo que sea. Hacer una especie de cómic expandido. O hacer un cómic sin que se note que es un cómic.

Así que en esas estoy, subida a un trapecio en el circo, presa del vértigo... tengo que saltar, no puedo echarme atrás; si les hablé a mis tutores de este cómic fue porque sentía que no podía hacer otra cosa. Este año estoy de vueltas con todo, la representación, el mercado del arte, el arte conceptual... la narrativa representaba para mí un lugar seguro desde donde contar cosas sin tanta complicación y sin el fetichismo de la obra de arte. Además, que me encantaba que fuera algo compartido y comprendido por tanta gente -los que me estáis leyendo-. Pero resulta que el cómic, al igual que la ilustración, se consideran disciplinas menores en mi facultad, y te miran mal aunque quieras hablar de las cosas más profundas. Si les hubiera llevado a mis tutores un proyecto de instalación, de performance o de arte sonoro, nadie me habría cuestionado el formato. Pero un cómic...

En fin, vale ya de lamentarse. Que, al final, siempre me acabo enamorando de mis proyectos. Tengo el guión y los personajes como base del proyecto, y con eso tengo que plantearme qué me pueden aportar otros formatos. De momento, mientras voy abriendo la mente, voy a seguir dibujando. Saludos.