viernes, 1 de enero de 2016

Tercera clase: aprender a copiar.

Primero de todo, deciros que el blog de Otoño empieza el año con un lavado de cara: he estado organizando los contenidos y los he clasificado por temas en la columna de la izquierda. Podéis ver las distintas secciones: el cómic Otoño, los personajes, una recopilación de entradas que tienen que ver con la cultura de cómic, como reseñas y críticas; después una sección dedicada a los ensayos sobre cómic y, por último, una para mi taller de cómic, que es precisamente de lo que va la entrada de hoy, primera entrada del año. Así es más fácil acceder a los contenidos, sin tener que deslizarse infinitamente por el muro de la página de inicio, en el que está todo mezclado, el cómic y los artículos. También he puesto una nube de tags (etiquetas) un poco más abajo, en las que podéis hacer click para que el blog os muestre las entradas que están marcadas con esas etiquetas.


Y ahora sí: vamos con la tercera clase.

La tercera clase estaba encaminada a darles a los alumnos unas bases sobre el dibujo. Sin embargo, antes de empezar con la parte teórica, me pareció necesario hacerles la siguiente pregunta: ¿qué queréis aprender en este taller? Y es que el primer día les estuve pidiendo que se presentaran, pero me faltó por preguntarles una cosa muy importante, sus expectativas respecto al taller de cómic.

Como ya os he dicho alguna vez, no he estudiado nada de Didáctica, así que hay cosas que se me escapan, sobre todo al comienzo del taller. Pero lo compensé pidiendo opinión a mis amigos, entre ellos Nayla, que ha estudiado el máster de Educación Artística en Instituciones Sociales y Culturales y de pedagogía sabe un rato. Mi amigo Alberto que ha dado clases particulares también estaba de acuerdo con Nayla, para ellos era evidente que tenía que preguntarles qué esperaban del taller para poder hacer una programación más acorde a su gusto. Al fin y al cabo, tengo más años que ellos y más formación artística, y no puedo meterme en su cabeza para saber qué necesitan y qué quieren. Nayla, que ha estudiado con María Acaso, experta en métodos de educación modernos como el edupunk, me dijo que además de preguntarles qué querían aprender, les preguntara qué podían enseñar. Esta pregunta puede parecer un poco extraña, pero tiene todo el sentido del mundo: normalmente cuando vas a una escuela, se supone que estás vacío de conocimiento y que ellos te rellenan, pero no es verdad; realmente todos sabemos cosas que podemos enseñar a los demás y esto lleva a un planteamiento del aula horizontal, en el que no hay tanta jerarquía entre alumno y profesor.

Total, que les pedí a mis alumnos que me contestaran por escrito ambas preguntas, y el resultado fue muy esclarecedor. Respecto a sus expectativas de aprendizaje, la mayoría querían mejorar en el dibujo y aprender a hacer buenas composiciones para contar historias. Es decir, dibujo, narrativa y diseño.

Sin embargo, la segunda pregunta les pilló por sorpresa y me desveló algunos factores muy importantes de la personalidad de mis alumnos. Algunos, aunque les costó un poco, no tuvieron problema en reconocer sus capacidades:

"Se me da muy bien dibujar cosas u objetos tipo dibujo animado. También copio muy bien dibujos o fotos diferentes. Sé jugar muy bien al fútbol y decentemente al tenis"

"Se bastante inglés, hacer retratos y dibujar a mi estilo más o menos" [sic]

"Puedo enseñar a hacer...

  1. Inglés.
  2. Deportes (algunos).
  3. Videojuegos (jugar).

Otros, en cambio, no creían que supieran nada de valor. Algunas de estas respuestas fueron realmente ingeniosas:

"[No sé] Absolutamente nada, excepto a aprender a leer suficientemente rápido en un tienda para poderte leer el comic entero sin pagar"

"En este taller busco aprender cómo construir un cómic, desde la forma hasta la historia. No creo que pueda enseñar mucho, pero alomejor suelto alto" [sic]

En general, les costó bastante contestar a la segunda pregunta, y muchos no quisieron leerla en voz alta. Por eso he evitado poner los nombres. Este ejercicio me sirvió como test de autoestima del grupo, revelándome que muchos tenían poca o ninguna confianza en sus capacidades y conocimientos. Así que ese va a ser otro de los aspectos que voy a tener que trabajar en el taller.

Hecho esto, empezó la clase.


Aprender a copiar


Habiendo terminado con el tema narrativo de las primeras clases, había que empezar con el dibujo y sus fundamentos. Esta clase y la siguiente están dedicadas al dibujo del natural, ententiéndolo como una herramienta: si somos capaces de copiar fielmente la realidad, somos capaces de dibujar fielmente nuestra imaginación. Aunque sea un poco coñazo, la verdad, todos hemos aprendido a dibujar copiando. Es necesario conocer un poco la realidad para poder caricaturizarla en un cómic. Así que eso es lo que hicimos en esta clase: copiar fotos.

Primero les expliqué que el dibujo no es algo que esté en la mano, sino en el ojo. Es muy importante aprender a ver incluso más que saber copiar. Es la diferencia entre ser una fotocopiadora y un escáner. Esto implica que a la hora de dibujar algo, primero tenemos que analizarlo: medir sus proporciones, sus líneas fundamentales y sus huecos. Como demostración, les analicé una imagen en la pizarra, siguiendo los siguientes pasos: encajado, conjunto y detalle.

  1. Encajado: se encuadra la imagen dentro del papel, por lo general es una forma geométrica simple que delimita las formas. Es importante hacer un buen encajado para situar el dibujo y que no nos quede descompensado de un lado o de repente nos demos cuenta de que no nos caben los pies... para esta fase y la siguiente es recomendable apretar poco con el lápiz o usar directamente un lápiz duro (2H).
  2. Conjunto: se hace un dibujo simplificado, geometrizando las formas. Para una persona, por ejemplo, usamos óvalos y cajas, y tenemos en cuenta los ejes del cuerpo. En esta fase situamos las formas generales del dibujo, y es muy importante medir las proporciones y distancias. Si no, podemos encontrarnos con que, habiendo hecho todos los detalles del pelo o de la ropa, tenemos que borrar porque la cabeza es demasiado pequeña o el cuerpo demasiado gordo.
  3. Detalle: una vez está todo colocado en su sitio, es cuando podemos empezar a hacer detalles. Para esta fase podemos usar un lápiz más blando o apretar más con el que tenemos.

 


(vaya manera de cuadrar!) En fn, si ampliáis la imagen, podéis ver las líneas de encajado en azul, las de conjunto en rojo, y las de detalle en negro. Hice algunas mediciones también, alrededor de la imagen, de la mitad y los cuartos de la altura.


Esta es la fotografía original... sigo sin saber si es chico o chica ;)

Después de esta explicación, les repartí diversas fotos en blanco y negro en las que el protagonista era el cuerpo humano. Procuré seleccionar distintos ejemplos de sexo, edad, raza y forma física, para no condicionarlos.

Ejercicio: copiar una foto.

He de decir que les costó bastante a la mayoría, porque era un método nuevo para casi todos (salvo Claudia, quizás, que dibuja manga). Así que les estuve ayudando a tomar medidas y haciendo muchas correcciones del tipo: "fíjate bien, el cuerpo está encajado en un cuadrado, y tú has hecho más bien un rectángulo...", "la cabeza es más pequeña", etc... Me peleé un poco con Claudia porque había hecho una versión manga de su foto, con los ojos enormes, y le dije que sólo por ese día tenía que intentar hacer un dibujo realista. No le gustó mucho la corrección pero borró los ojos y los hizo (ligeramente) más pequeños.

La verdad es que los resultados fueron muy variables, dado que la habilidad de dibujo de cada uno era muy distinta. Y es un método que cuesta esfuerzo integrar, además de desarrollar la mirada. Pero bueno, como les dije, no se aprende a dibujar de la noche a la mañana... 



¡Ah! Se me olvidaba. En esta clase volví a sacar el tema de si era posible alargar las clases media hora. Había dos alumnas que tenían problemas con esto: una no podía llegar antes y la otra no se podía quedar más tarde. Estuve hablando con la chica que no podía terminar más tarde, para ver si realmente le era imposible o simplemente le venía regular. Me sentí un poco mal por "presionarla", lo hice educadamente; pero la verdad es que las clases de una hora se me quedan muy cortas y tenía que intentarlo.

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